“Somos lo que callamos como sociedad,
y estamos dejando un legado de silencio, antivalores y no hacemos nadas por quitarnos
la mordaza de la boca; mientras seguimos viendo como todo lo que se hace en
aspecto de comunicación es normal ante nuestros ojos. ¡BASTA! Si vamos a
criticar, pidamos que nos den también las herramientas necesarias para
convertirnos en críticos basados en fundamentos válidos y coherentes”.
Influencer millennials copiaba los post de otras
influencers. Al ser descubierta circula un audio en el que decía “me dio paja
escribir algo motivacional.” y más tarde justifica su accionar al abandono de
sus padres y el hecho de tener que trabajar desde los 18 años de edad sin una
guía y orientación.
Chicos realitys son detenidos por unos momentos por
agentes de la policía y le descubren una cantidad permisible de sustancias
alucinógenas, pero ante la sociedad consideras drogas.
Dos hombres en la cama comparten un pico, video en
programa a nivel nacional se viraliza y desata críticas y mofas.
Presentadora de televisión llama basura, mesalina, entre
otros epítetos a mujeres de la farándula y de los hombres ni se diga como los
trata en sus críticas.
Cuatro ejemplos que
a diario vivimos y tenemos como noticias en los programas de farándula, y las
voces de protesta en redes sociales no se hacen esperar y dependiendo de los
estratos sociales de las personas que apedrean vienen los adjetivos
calificativos.
Somos está la
sociedad que estamos creando y dejando a nuestros hijos, sobrinos, ahijados, etc.
que crecerán viendo como se hace noticia de unas cosas, pero otras se callan y
lo que es peor nos quedamos en el mero hecho morbo informativo sin llegar a la
parte que tanto nos machacaban los profesores en la universidad: las funciones
de los medios de comunicación, son informar, entretener y educar. Ahora solo
nos quedamos en el mero entretenimiento.
Primer caso, como
leñadores del árbol caído la hicieron astilla no quedó nada de la chica con
apellido rimbombante y de belleza que acapara portadas de revistas de élite.
Auspiciada por marcas como Ópticas Los Andes se había ganado sus seguidores en
base a pensamientos motivacionales y otras técnicas que abundan en las redes
sociales para llegar a la categorización de influencers.
Al justificarse en
un video en Instagram puso más negro el panorama antes de aclarar su situación.
Pero nadie, absolutamente en ningún medio vi o al menos ojala lo estén
preparando en alguna revista familiar, el tema de cómo los adolescentes pueden
desarrollar su personalidad cuando los papás no los quieren apoyar en seguir
una determinada carrera o profesión sino que desean obligarlos a estudiar lo
que como progenitores creen es su futuro o estabilidad económica.
Con lágrimas en los
ojos la influencer comento en su video que sus papás la dejaron sola porque se
negó a estudiar Derecho Internacional y ella prefería ser nutricionista. Eso
sumado a su inmadurez emocional y el tenerse que ganarse la vida como modelo de
portadas fueron algunos de los motivos que la llevaron a copiar post.
El segundo caso, aumenta
nuestro estado de que estamos camino a ser de lo pero. El canal al que
pertenecen los chicos realitys ni siquiera informó del caso se hicieron los
locos y no fueron amonestados. Mientras que en las cuentas de redes sociales ya
los tildaban de fumones, marihuaneros, drogadictos y los programas de farándula
en otros canales de TV si les dieron como bombo en fiesta, pero hasta allí.
En diarios, algunos
publicaron la noticia, otros prefirieron callar, pero ninguna sala de redacción
tuvo la brillante idea de ser coyuntural y partir de la noticia hacia otros
ejes como problemas de adicciones, recordar cual es la tabla de posesión de
marihuana permitida para no ser considerado microtraficante, etc.
Así todos los
medios colaboraron a poner a los chicos realitys como imágenes infanto-juvenil
que ven como fuera de casa los destruyen por tener un paquete de marihuana y se
escudan en que frentearon a la policía porque los agentes del orden violaban
sus derechos; pero en casa ni un castigo les dan.
La lectura es
mientras en casa no me digan que lo que hago está mal, no importa lo que los
demás critiquen.
En otros tiempos en
los diarios que he laborado, una noticia así hubiera parado las rotativas y los
editores en jefe hubieran tumbado todas las páginas por hacer no solo un
escándalo en base a chicos realitys faranduleros sino por tratar en todas las
páginas temas relacionados a esta noticia y darle el eje y giro necesario para
que sea parte de secciones de economía, política, deportes, seguridad,
comunidad, etc. Pero nada solo se limitaron al titular llamativo en portada y
otros repitos sus editores consideraron no conveniente darle cabida a la
noticia en ninguna página.
En el tercer caso
hay que manejarlo con pinzas, pero en esta ocasión no vi a ninguna de las
organizaciones GLBTI que se asumen representantes de los derechos de esta
comunidad, protestar por el beso entre dos hombres, pero si fueron capaces de
querer hacer desaparecer al personaje de Jakuna en “4 cuartos” por considerarlo
un mal estereotipo de la comunidad.
Nadie habló de que
a parte del show mediático que se armó en este caso, si existen hombre que se
besan entre ellos no por salir en televisión sino porque existe una relación
sentimental entre ellos. Y aquí volvemos a caer en lo mismo, estamos en contra
del matrimonio igualitario, pero aplaudimos y nos mofamos del beso entre un
personaje de farándula con un modelo.
Cuál de los dos
hechos es más “pecaminoso”, las organizaciones GLBTI en muchos de sus casos
dejaron el hecho sin hacer escándalo, pero a La Michi y La Melo si las queman
con leña verde y al pobre de Pelito hasta un show cómico le quisieron cancelar
solo porque en su título “pecó” por nombrar la palabra “badea”, pero que le
digan badea a estos dos personajes que se besaron en “Intrusos” en memes etc,
les causó risa a los representantes de las organizaciones que apelan y
defienden los derechos de los GLBTI.
¡En fin!, son solo
algunos de los análisis que se pueden hacer de este y otros casos, y lo peor es
que seguimos escuchando y leyendo todo en contra de la telebasura, mientras que
los productos educativos, las páginas web que informan cosas positivas o
artículos como este rogamos por un like o un comentario; o los programas de
calidad en YouTube no encuentra financiamiento porque a nadie le interesa
verlos, pero pregonan a viva voz que hacen falta, cuando en realidad no hacen
falta, la verdad es que no les interesa que existan.