viernes, 4 de enero de 2019

Más allá de Sharon, su bionovela dio grandes malos para la pantalla chica ecuatoriana



Lejos de las críticas, de las actuaciones (pésimas, malas, etc), del fracaso del tour Hechizadas, de que si la historia fue real, si faltó más biografía, si algunos datos fueron falsos o exagerados, la bionovela “Sharon, La Hechicera”, dio más de estos comentarios.
Y para muchos la historia de quien fuera considerada una Diva del pueblo ecuatoriano, pasó desapercibida, pues sus mitos y verdades fueron develados por la propia artista a lo largo de su carrera y en vida durante las diversas entrevistas que concedió a los representantes de diversos medios de comunicación.

Las historias paralelas que giran en torno a la trama principal de una telenovela, en ocasiones acaparan más la atención del público y esta producción dramática ecuatoriana no fue la excepción. Destacables actuaciones las de Santiago Carpio (Mandrake), Cinthya Coppiano (Pilar) y Francisco Arias (Mendoza); junto a Hilda Saraguayo como la empleada doméstica de esta singular familia, sin duda alguna calaron muy hondo en el corazón del espectador.
El maltrato sicológico y físico de Mandrake hacia Pilar refleja el común denominador de lo que padecen muchas mujeres en su hogar y que forman parte de un modo de vida dentro de nuestra y muchas sociedades. De igual manera, el amor entre Pilar y Mendoza (su chofer) es el reflejo de ese mundo mágico y lúdico que toda mujer desesperada sueña encontrar para poner fin a su sufrimiento dentro de su casa.
Esta historia paralela, que dicho sea de paso no existió en la vida real de Sharon, y que es producto de la ficción y creación de los libretistas de la novela, fue uno de los ejes principales y que poco a poco con el transcurrir de los capítulos se fue tornando más importante que si Sharon vendió o no morocho junto al payaso Frijolito.

De igual manera, las antagonistas en muchos casos también tienden a ser más  importantes dentro de las tramas y nuevamente “Sharon, la Hechicera” dio cabida a dos “malas” que resultaron muy buenas.
Krysthel Chuchaca dio muestra de su calidad actoral y llenó de matices su personaje de Santanera hasta el punto de opacar a la protagonista actoralmente hablando.
Santanera no es Jazmín como la gran mayoría pensaba. Si bien es cierto La Tumbadora artísticamente siempre fue “rival” de La Hechicera, no existió en la vida real una historia tan truculenta, que bien si hay que aclarar tiene parte de verdad de lo que viven en su gran mayoría los artistas envueltos en la droga y los favores sexuales a cambio de fama y éxito.
Pero a parte de eso, la personificación que hizo Chuchuca de Santanera y los giros dramáticos que se vieron en el personaje resaltan a esta actriz quien ha venido creciendo de ser una extra en series de comedias hasta llegar a su gran estelar en esa producción dramática,

Otra “perversa” a la que hay que sacársele el sombrero es a La Chonera, representada por Dayanara Peralta. Su faceta de cantante le dio una gran ayuda pues no tuvo que doblar en las escenas de canto como lo hizo Krysthel, y además su juventud y escultural cuerpo fueron los plus para hacer de este personaje uno de los más seguidos y odiados también dentro de la trama. De esta manera, Dayanara va escalando dentro de la actuación y alejándose del papel de “niña linda” que tuvo en otro dramatizado, para explotar su parte más sensual y provocativa que va de la mano con la que proyecta en sus videos y show como intérprete.

Vínculo de estos dos personajes antagónicos femeninos es Mandrake, magistralmente interpretado por Santiago Carpio, un malo como pocos vistos en la TV ecuatoriana, de buen vestir con un estilo de gángster de película antigua que no va con la ropa retro de los 80 y 90 en que se desarrollaba la historia. Su bastón y singular bigote pasarán a la historia de los personajes de la TV ecuatoriana. Este malo se suma a la lista de mejores villanos encabezada sin lugar a dudas por Armando Paz, caracterizado por Andrés Garzón en “Tres Familias”.

Mis queridos lectores y seguidores así iniciamos este 2019, y en el día que se recuerda el trágico fallecimiento de Sharon, La Hechicera, mi forma de rendirle tributo y recordarla es con este comentario sobre su novela, sin proponérselo después de muerta, Edith Bermeo continúa a través de su imagen de artista brindando la oportunidad de otros artistas de salir adelante y mostrando su talento como la gran mayoría de actores convocados para su bionovela.






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