Me pueden decir viejo, envidioso, atacado, egoísta, etc, al empezar a
redactar este artículo fui consiente de que los aludidos y las personas que se
sientan identificadas en lo que escribo, no me verán con buenos ojos, pero sé
también que muchos me darán la razón. Así que bienvenidos los malos comentarios
y críticas negativas.
Hemos manoseado
tanto la palabra corrupción y la tenemos en la punta de la lengua sobre todo
por los momento de crisis a nivel político que vive Ecuador actualmente. Sin
embargo no centramos nuestra atención en mirar hacia adentro, hacia nosotros
mismo y analizarnos que tan corrupto somos y como apoyas de alguna manera a los
corruptos indirecta o directamente.
Esto en referencia
al alcance que tienen las redes sociales y la “monetización” que algunas de
ellas brindan para ganar dinero de una manera fácil.
En farándula usando
el argot popular se “ha prostituido” la forma de ser periodista, reportero,
comunicador a través de las redes sociales, ahora una gran mayoría con una
cuenta en Instagram o Facebook se creen periodista con la capacidad de estar
presentes en todo evento con la finalidad de hacer reportajes o noticias. Pena
por los relacionistas públicos que deben de soportar el acoso de estos “periodistas”
que en algunos casos buscan beber y comer gratis a cambio de postear una foto
con un artista en sus redes sociales. En fin, para mi eso es un acto de
corrupción.
Si un acto de
corrupción tan criticado como el de ciertas marcas que en busca de publicitarse
ven en esa cuentas que superan los 10k (algunos comprados obviamente) el
alcance para llegar a promocionar sus productos. Sepan que esas cuentas de
farándulas manejas desde la clandestinidad porque no tienen un periodista con
rostro y cuerpo que de la cara y cuya imagen de perfil es solo un logo
cualquiera. Existen miles de ellas solo dedíquese unos minutos a monitorear y
se dará cuenta de ellos. Todas ellas sobrepasan los 10k y no son más que
simples replicadores de noticias emitidas por canales de televisión y otros
medios online. Lo que en el argot periodístico llamamos el “copia y pega”.
Déjeme decirle que
al reportero de TV, le caiga bien o mal, o usted critique bien o descalifique
su trabajo periodístico se saca la madre por conseguir una nota así sea la más
simple y sencilla, sale en busca del entrevistado, regresa a editar, crea
generador de caracteres, y tiene que seguir un laborioso proceso hasta que esa
noticia salga al aire. Y es no solo el trabajo al aire de un reportero, es el
de un chofer, camarógrafo, asistente de producción, editor, director de
contenido, maquillador, etc envuelto en todo este proceso comunicacional. Y
todo ellos trabajan y reciben un salario nominal de parte de la empresa en la
cual laboran.
Estas cuentas de
redes sociales en un “mero acto de corrupción y vagancia” a duras penas lo que
hacen es bajar de Youtube ese video, editarlo, en un programa de edición de
videos bajados gratis para un PC o hasta para un celular y zas suben la nota (a
veces tergiversando la idea central y contenido de la misma) dando replique
solo a las partes polémicas y que generan comentarios de sus seguidores que
creyéndose grandes conocedores se pelean entre ellos generando un tráfico a la
cuenta que seguramente halagará al dueño, más no a quienes por otro lado tratan
a través de plataformas digitales realizar un periodismo serio y con todo el
proceso ético que conlleva esta profesión de comunicador social.
Sepan que mientras
reporteros serios y trabajadores están a través de medios online tratando de
buscar un ingreso económico no reciben ni un like, ni les dejan comentarios en
las informaciones que general bajo todas las normas deontológicas que nos
machacan en las aulas de clases. No veo justo que un vago desde la comodidad de
su casa se dedique a subir y replicar noticias ya trabajadas y no generarlas
como muchos profesionales si lo hacen sudando la gota gorda en la calle. Y cuya
mínima inversión económica es ir a un cyber, pagar un plan mínimo de Internet
en casa o uno en su celular.
Para mi “corrupto”
es también cada seguidor real que tienen esas cuentas que en muchos casos
publican la desfachatez que pedir que se anuncien en ellas, mientras quienes
con esfuerzo han pagado un dominio y hosting para crear una página web;
adquirido computadoras, consola micrófonos para una radio online; o cámaras,
luces etc para montar un canal online y transmitir, tiene que buscar día a día
auspiciantes o esperar que alguna marca confíe en ellos y se publicite.
En redes sociales
somos libres de seguir a quien nos de la gana, este comentario no va en contra
de eso ni quiere impulsar a seguir a ciertos medios online. Va dirigido a que
se de cuenta que mientras usted le da like a un video robado (aunque esté en
Internet) alguien se está usufructuando del trabajo de todo un equipo de
profesionales que hace lo imposible por tener una noticias en un diario,
revista, radio y canal de TV. Y si bien les queda la satisfacción de ver como
sus noticias y trabajo es difundido y llega a más público no creo que sea
satisfactorio que otros se lucren de su trabajo.
¿A usted le
gustaría sacarse la madre para que otro desde la comodidad de su hogar obtiene
ganancias? Creo que la respuesta de la gran mayoría dirá NO, pero es lo que
están en muchos casos haciendo quienes siguen esas cuentas truchas.
Y las marcas y
quienes manejan la torta de repartición de inversión en publicidad o los
emprendedores que desean dar a conocer sus productos o servicios es hora de que
miren hacia los medios online, heyyy SI ACA ESTAMOS, y digo acá estamos porque
sin querer victimizarme, soy parte de 2 medios online que están siendo
liderados por profesionales, “no del copia y pega” que deseamos ver como
nuestros medios crecen no solo en seguidores, likes y comentarios sino también
en la oportunidad de tener un ingreso económico que nos de la satisfacción de
saber que nuestro trabajo ético y profesional es remunerado y que somos una
vitrina en la cual productos o servicios encuentran la forma de exhibirse y
saben que ese público que nos lee o nos ve a través de las plataformas
digitales son potenciales clientes.
No es la cantidad
de seguidores que tengas, es la cantidad de esos seguidores que sean
potenciales clientes y adquieran tu producto o servicio. Quienes siguen esas
cuentas faranduleras en su gran mayoría son adolescentes y jóvenes que aún no
son laboralmente activos y que no tienen poder adquisitivo y aún depende de lo
que sus padres y familiares les pueden comprar o el dinero que les puedan dar
para que ellos adquieran algo. Las persona ya con un trabajo o ingreso por su
propio status y vinculación social buscan otra manera de informarse y
entretenerse a través de las plataformas digitales y al tener poder adquisitivo
se vuelven en potenciales clientes de marcas o servicios.
En fin, podemos
seguir la cantidad de perfiles que nos de la regalada gana, pero debemos estar
consientes de que un like más o un comentario menos es la línea delgada que
existe en hacer ganar dinero a un vago o ayudar a un profesional tener un
ingreso que pueda darle la satisfacción de ver su trabajo realizado con amor y
esfuerzo pueda ser remunerado.
Finalmente, esto no
aplica obviamente a los reporteros y periodistas conocidos o que tiene cuentas
en redes sociales en las cuales informan o postean sus notas o replican las de
colegas o compañeros y eso es perfecto. Muchos tiene una cuenta dedicada
exclusivamente a eso separando su vida personal de la profesional o incluso
tienen sus propios canal de Youtube en el cual recogen sus propio trabajo,
trabajo que otro en algunas ocasiones lo toma, edita y postea como si fuera
suyo. El hecho no está en usar las redes para informar, es el querer ganar
dinero como si se tratara de un trabajo formal, que se ejerce bien desde
plataformas digitales manejadas con el profesionalismo y ética de un medio de
comunicación real, tanto empresarial como comunicacional.
Lcdo. Stalyn Ramos Lara
Música Talento EC.